La Academia Argentina de Letras realizó un acto oficial durante la Feria del Libro, en el marco de las celebraciones por los 40 años de la exhibición internacional. Se llevó a cabo el lunes 28 de abril a las 18.30, en el Sala “Alfonsina Storni”.
Hicieron uso de la palabra la académica Alicia María Zorrilla, vicepresidenta de la Academia; Santiago Kalinowski, Gabriela Pauer y Josefina Raffo, director, subdirectora y lexicógrafa, respectivamente, del Departamento de Investigaciones Lingüísticas y Filológicas; y Alejandro Parada, director de la Biblioteca “Jorge Luis Borges” de la AAL; y el académico de número Antonio Requeni.
De izquierda a derecha: Gabriela Pauer, Santiago Kalinowski, Alicia Zorrilla, Josefina Raffo y Alejandro Parada
La Dra. Alicia Zorrilla abrió el acto y dio la bienvenida al público en representación de la Academia y en nombre del presidente, Dr. José Luis Moure. La vicepresidenta de la Institución centró su discurso en dar a conocer la historia y la labor actual de la Academia. Comenzó definiendo etimológicamente la palabra “academia”, con referencias a la mitología y filosofía griegas, y dijo que “es un lugar de convergencia de los que aman el saber”. En cuanto a los otros términos que definen el nombre de la Academia, señaló que “argentina” es por lo nacional de su alcance y “letras” significa que se dedica a una fusión del estudio de la lengua y la literatura. A diferencia de las otras academias integrantes de la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE) —que fueron nombradas “de la lengua” o “de la lengua española— la argentina es la única junto con la uruguaya que se autodefine como “de letras”, indicó.
Contó que la Academia está integrada por intelectuales de diferentes ámbitos de las letras. Luego describió pormenores de su origen, historia y fundación —incluyendo el significado de la recta sustenta, logotipo de la AAL—, de los vínculos con las otras academias de la ASALE y de la organización y labor de la Institución y el cuerpo académico, como los encuentros en sesión de los académicos cada quince días, donde tratan el funcionamiento de la Academia y comparten trabajos propios y ajenos. Manifestó que la AAL trabaja y está en movimiento permanente, poniendo a las publicaciones —los libros y el Boletín—, al Boletín Informativo Digital, al canal de You Tube, a la cuenta en Twitter y a la página web como ejemplos concretos del fruto de ese trabajo. Y sentenció que la AAL “no es un fósil de museo”.
En líneas generales, la Dra. Zorrilla se refirió a las funciones y misión de la AAL en la sociedad, y resaltó que está compuesta por siete comisiones académicas de trabajo (como la de argentinismos, la de premios y distinciones, etc.), un Departamento de Investigaciones Lingüísticas y Filológicas, una Biblioteca especializada, un Departamento de Presidencia y Personal, la Administración y Mayordomía. Concluyó que “los dones y conocimientos constituyen fundamento de nuestro trabajo”.
Tres integrantes del Departamento de Investigaciones Lingüísticas y Filológicas (DILyF) hablaron luego sobre tareas y actividades específicas de área donde se desempeñan dentro de la institución.
El primero en hacerlo fue el director del DILyF, Dr. Santiago Kalinowski, quien se encargó de contar el trabajo de lexicografía en torno a las palabras de uso en la Argentina, un trabajo cuyo resultado es el Diccionario del habla de los argentinos (DiHA). Explicó que lo que se busca es detectar el vocabulario diferencial del país —labor que hacen todas las academias de cada país—; el objetivo es registrar los vocablos que usan los hablantes argentinos de forma exclusiva y preponderante, en contraste con los de España.
Describió las etapas de la continua investigación: la primera, el registro del habla de los argentinos, es decir la identificación de las palabras; la segunda, el análisis en torno a si cada palabra identificada debe o no integrar el DiHA, incluyendo una búsqueda de documentación de cada vocablo en fuentes como la prensa, la literatura, la web, etc.; la tercera, la definición de cada término; y la cuarta, la ejemplificación. El Dr. Kalinowski contó que los lexicógrafos están permanentemente atentos a nuevos vocablos que se usan en la sociedad, y que esa búsqueda está constantemente nutrida por la comisión del habla de los argentinos integrada por académicos, con la que trabajan en forma conjunta durante cada investigación.
Mediante una presentación electrónica, se dedicó luego a exponer al público ejemplos de voces argentinas registradas, incluyendo vocablos con acepciones diferentes según su uso en distintas regiones del país, y especificando con información cuantitativa las palabras según el origen: las hay con contribuciones aborígenes (quechua, mapuche, guaraní), italianas, portuguesas, francesas, una alemana e inglesas. El director del DILyF indicó que el DiHA también es un diccionario histórico, puesto que incluye palabras de uso no frecuente en la actualidad. Finalmente, aclaró que la labor está en continúa actualización y corrección.
A continuación, la vicedirectora del DILyF, Mag. Gabriela Pauer, pasó a comunicar a los asistentes algunos datos acerca de la investigación de los nombres propios. Contó que los que se investigan son los nombres que los registros civiles rechazan y que, por consiguiente, llevan los padres a la Academia Argentina de Letras para una averiguación etimológica. Se realiza un informe consignando las siguientes categorías: el origen y significado —que pueden desconocerse—, idioma del que proviene, posible traducción al español, nombre propio del que deriva —si lo hay—, posible escritura y pronunciación.
En un relato ejemplificativo sobre los típicos nombres extraños que suelen consultarse, los dividió en categorías generales como: nombres de personajes de series de moda, de actores conocidos, relativos al fanatismo futbolístico, inventados, de animales, relativos a fenómenos meteorológicos, transliterados (nombres cuya lengua original no es latina), extranjeros, bíblicos o religiosos y apellidos.
La Mag. Pauer señaló que el trabajo que realiza junto con la señora Alba Estrella Gutiérrez involucra las emociones y una atención especial para con los padres consultantes; esta muchas veces vuelve en forma de gratos agradecimientos e incluso regalos por parte de ellos. En este punto, y para concluir, aclaró que la AAL no tiene el poder de autorizar o desautorizar ningún nombre propio, sino únicamente el de entregar un informe oficial sobre el origen etimológico.
En una intervención titulada “Diálogos de la lengua”, la lexicógrafa del DILyF Mag. Josefina Raffo disertó luego sobre el servicio de consultas idiomáticas. Explicó que la atención se hace a través de consultas telefónicas, por correo electrónico o a través de un formulario en línea en la página web de la AAL y que su respuesta es inmediata. Se trata de un espacio para responder diversas consultas en torno al uso del idioma y a las actitudes de los hablantes ante las normas de la lengua y que el mismo es comúnmente utilizado por escritores, docentes y periodistas, aunque está abierto a cualquier persona.
Tras dar algunos ejemplos de dudas idiomáticas frecuentes, la Mag. Raffo señaló que en la actualidad se reciben cuestionamientos sobre los últimos cambios ortográficos —como el de la ausencia de acento en la palabra “solo”, cualquiera sea su acepción—, en especial de hablantes adultos reticentes a esas modificaciones. Y defendió estas actualizaciones contando que fueron difundidas en obras académicas —la Nueva gramática de la lengua española y la Ortografía de la lengua española— elaboradas conjuntamente por todas las academias incluyendo la AAL y argumentando que se trata de nuevos usos del lenguaje que, antes de ser debatidos y puestos en discusión académica, se consolidan en la sociedad y por eso se reglamentan en estas nuevas normativas.
El Dr. Alejandro Parada pasó luego a hablar sobre la Biblioteca “Jorge Luis Borges” de la AAL, de la que es director. Tras describir una biblioteca como una “escenificación del mundo”, expuso sobre el origen y la historia de la biblioteca institucional de la Academia, especializada en literatura española y latinoamericana y en estudios filológicos y lingüísticos en idioma español. Rescató su riqueza en archivos físicos y virtuales, así como el crecimiento de los últimos años: 130 mil volúmenes de libros, 3 mil revistas y el catálogo en línea en la página web de la AAL. Y resaltó también el valor de donaciones como las de Trenti Rocamora, de novedades como el portal de la Biblioteca Cervantes Virtual, de la importante sección de libros antiguos —en la que están, además de muchos manuscritos, las primeras ediciones del Martín Fierro y de Segundo Sombra, con correcciones a mano de sus autores— y de los epistolarios de Victoria Ocampo, Roberto Giusti y Manuel Gálvez.
Hizo una breve descripción de la organización de la Biblioteca y de los servicios y atención ofrecidos, nombrando a los empleados que la llevan adelante. Habló de un dinamismo necesario en la labor contemporánea y de la unión de la cultura impresa y virtual como desafío de las bibliotecas modernas especializadas. Y sentenció que la misión filosófica de la Biblioteca es la “construcción colectiva de la felicidad”.
Como conclusión al acto, y en un segmento en homenaje a la poesía y al Día del Idioma del 23 de abril, los académicos de número Alicia Zorrilla y Antonio Requeni leyeron poemas de su autoría. Primero lo hizo la Dra. Zorrilla, de su libro La soledad compartida, y luego el poeta Requeni, de su reciente libro Poesía reunida. El acto concluyó con estas lecturas que fueron muy aplaudidas por el público que asistió a este encuentro celebratorio de la Academia en honor por los 40 años de la Feria.