Un diccionario es el hábitat de las palabras, un entretejido que, en definitiva, reúne la vida de cada hombre y de distintas épocas y espacios. El nuevo Diccionario histórico de la lengua española es una obra electrónica; estará, pues, a la altura de las nuevas formas de difusión de los conocimientos, de las nuevas exigencias de la tecnología. No está limitada por el número de páginas en papel ni por el tiempo para realizarlo, aunque tratará de concretarse en un plazo razonable.
Estudiará la historia de cada palabra desde sus orígenes hasta la actualidad. Se vivenciará la lengua española relacionada con otras lenguas que la han enriquecido, es decir, también podrá corroborarse el concepto de mestizaje cultural. Su construcción permitirá mostrar cómo han ido evolucionando las palabras y establecer las relaciones genéticas, morfológicas, semánticas, etcétera, que estas mantienen entre sí para conformar un casi infinito tejido léxico. Nadie podrá perderse en esta obra como en un laberinto, ya que se fundamenta en los métodos de la Lingüística, la Filología y la Informática, que conducirán al consultante hacia el lugar adonde quiera llegar, sin perderse nunca y con la posibilidad de rehacer o de repetir el camino de búsqueda.
Se ha constituido para ello una red panhispánica de ocho equipos de colaboradores americanos de las Academias del Uruguay, Cuba, Costa Rica, México, Colombia, el Paraguay, Bolivia y la Argentina, que se ocuparán de redactar los artículos desde sus respectivas sedes. Además, colaborarán especialistas de universidades y de centros de investigación, y todos los expertos que deseen unirse a tan valioso proyecto. Sin duda, es una importante iniciativa, pues esta Red no solo hará posible que los investigadores de las distintas Academias hagan un trabajo mancomunado, sino también que estos puedan demostrar los conocimientos adquiridos en las distintas etapas de su formación sobre la lengua que nos identifica. Son egresados de la Escuela de Lexicografía Hispana y becarios y exbecarios de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).
En nuestra Academia, el Director del proyecto es el vicepresidente, académico José Luis Moure; el coordinador del equipo de trabajo, el doctor Santiago Kalinowski; sus colaboradores, los licenciados Josefina Raffo, Sol Portaluppi y Pedro Rodríguez Pagani. Han recibido con verdadero entusiasmo y compromiso la labor para la que han sido designados, y, aunque en el diccionario la palabra éxito se encuentra antes que la palabra trabajo, sabrán realizar primero su tarea con idoneidad para cumplir con éxito este magno proyecto que han tenido el honor de compartir con las Academias hermanas.
Alicia María Zorrilla
Presidenta de la Academia Argentina de Letras