La heladera junto al fregadero: variación en ciertos campos léxicos

DILyF, AAL

Leyendo un diario mexicano o una novela chilena, mirando una película colombiana o una serie española, todo hispanohablante comprenderá sin inconvenientes lo que se dice. Algunas palabras aisladas serán ajenas a una variedad, o determinada pronunciación en el habla espontánea veloz será menos fácil de entender, pero esas excepciones en una intervención oral o escrita no impedirán en absoluto que el receptor interprete el mensaje. Esos casos de divergencias lingüísticas entre los hablantes de una misma lengua de acuerdo a la región geográfica conforman los distintos dialectos de una lengua. Es muy importante tener presente que el concepto de dialecto no se refiere a ningún tipo de inferioridad de una forma lingüística con respecto a otra, sino a la variación de una lengua según el área geográfica. Las lenguas solo existen en el mundo en la forma de sus diferentes dialectos.

A pesar de que predomina este amplio terreno común, hay ciertos campos léxicos, algunos pertenecientes a ámbitos muy habituales, donde la concentración de variación dialectal es mayor. A continuación, tomaremos como ejemplo tres términos de la cocina (como el sitio donde se cocina, no como la actividad culinaria) muy usuales.

Al tratarse de un espacio que casi todas las personas frecuentamos, el vocabulario que designa los componentes de una cocina nos resultará de lo más familiar. Todo hablante argentino entiende y emplea las palabras heladera, hornalla y pileta, objetos que en una cocina suelen estar presentes. Pero no le ocurre lo mismo a personas de otras regiones hispanohablantes. Por ejemplo, un español designará a esas realidades nevera, hornillo y fregadero, respectivamente. En lingüística, se denomina geosinónimos a los regionalismos léxicos: las diferentes palabras que se emplean, según el lugar, para referirse a un concepto equivalente o muy similar. Así, heladera es geosinónimo de neverahornillo de hornalla y fregadero es geosinónimo de al menos una acepción de pileta.

Interesa destacar que, a pesar de nombrar objetos bien conocidos por los hablantes, algunos geosinónimos no están tan presentes en su léxico pasivo. La competencia lingüística en torno a los geosinónimos se consolida a través de los medios de comunicación, la literatura, el cine, etc. Por eso, palabras como nevera son inusuales en la Argentina pero mayormente comprensibles. No ocurre lo mismo con hornillo y fregadero, acaso más ausentes en dichas fuentes de difusión.

Hemos visto la variación dialectal léxica en tres palabras usuales pertenecientes a un ámbito doméstico y cotidiano. Otros campos léxicos cercanos a todo hablante y ricos en geosinónimos son la comida y la ropa. Desde luego que sin impedir la comprensión mutua entre hispanohablantes de diferentes regiones, la variación en determinadas áreas de vocabulario puede llegar a sorprender.