Decálogo del «Diccionario panhispánico de dudas» o «DPD»

1. Es la obra más completa y amplia en su género, pues contiene unas siete mil entradas que se han basado en tres fuentes:

  1- Las obras afines precedentes, como el caso de los valiosos Diccionarios de dudas gramaticales, de Manuel Seco, de José Martínez de Sousa, de Fernando Corripio, de Albertos, etc., el Manual del español urgente, de EFE, los libros de estilo de muchos medios de comunicación, etc.

  2- Las colectas de consultas realizadas a la RAE y a las Academias americanas.

  3- Las propuestas y sugerencias de las Academias a través de los miembros delegados en la Comisión Interacadémica.



2. Es una obra panhispánica porque:

  a) No es de un autor o de un país, sino producto responsable de la labor consensuada de las veintidós Academias, que aportaron lo suyo a la elaboración, y que le dan su respaldo.

  b) Se ocupa de las dudas y problemas principales de todas las regiones lingüísticas del mundo de habla hispana, en busca de la unidad de criterios, preservando el respeto a las diferencias dialectales y modalidades lingüísticas diversas, siempre en el marco base de la unidad.

  c) Se ejemplifica cada cuestión con textos literarios o periodísticos de uno y otro lado del Atlántico.



3. Es una obra normativa que aspira a acercar el uso del español a un ideal de la mayor corrección y decoro posibles. Es normativa porque propone normas, es decir que no solo describe los fenómenos y casos que incluye, sino que adopta frente a ellos criterios de tratamiento, orienta sobre la conveniencia preferente de una forma sobre otra, desaconseja voces y construcciones viciosas o incorrectas, de acuerdo con las normas más generalizadas, sindica impropiedades, vulgarismos, inadecuaciones, etc.



4. Es una obra realista de carácter sincrónico, por dos razones:

  a) Se basa en el uso actual del español, pues para toda consideración se parte de usos y textos coetáneos. En un segundo nivel se señalan, a veces, los precedentes usos clásicos para compararlos con los actuales y apreciar mejor el sentido dinámico de la lengua.

  b) Cada problema o duda va ilustrado con ejemplos reales, no amañados o dibujados, tomados de diversas fuentes: corpus de la RAE, obras literarias, periódicos, manuales particulares, etc.



5. Es una obra de utilidad varia y amplia, pues se dirige a muchos destinatarios. En efecto, se la ha pensado en función de la utilidad que, por su consulta rápida e información clara y completa, puede prestar a docentes y alumnos de todos los niveles, a los comunicadores, a las redacciones y secretarías, a los profesores de español como lengua extranjera, a los administrativos y profesionales de las más diversas disciplinas para la confección de sus informes, a los escritores, etc.



6. Es una obra instrumental de asistencia para el hablante común y un apoyo esclarecedor para resolver el creciente caudal de dudas que se presentan a los servicios de consultas idiomáticas de urgencia de las Academias, por vía telefónica o por Internet. Cuando se disponga de la versión electrónica del DPD, se dará la posibilidad de que tengamos, instalada en un segundo nivel de pantalla, la obra y consultarla con rápida eficacia.



7. Es una obra que aborda lo simple y lo complejo. Se ocupa, con sostenida voluntad de esclarecimiento, de cuestiones complejas (extranjerismos, topónimos, plurales, etc.) y sencillas (grafía, acentuación, etc.); encuadra, con la necesaria y suficiente extensión, temas que requieren tratamiento explícito y detallado; y, en forma abreviada y neta, las dudas de fácil resolución.



8. Es una obra criteriosa y coherente, en el sentido de que ha buscado, inicialmente, parámetros y criterios generales para el enfoque de los problemas (neologismos, extranjerismos, topónimos, acentuación) y se ha esforzado por mantenerlos en su aplicación a casos particulares, en tanto lo permita la vitalidad de la lengua y los diferentes usos regionales firmes y autorizados por la escritura.



9. Es una obra de avanzada pues aborda cuestiones problemáticas no resueltas en otras fuentes, con propuestas de posibles soluciones; a la vez, avanza en terrenos conflictivos y en debate como es el caso de los topónimos o los extranjerismos, jugando su opinión.



10. Es una obra dinámica en tanto deberá estar abierta, en sus sucesivas ediciones, a plantearse nuevas dudas y cuestiones disputadas que surjan en el vasto seno de la comunidad hispanohablante en el uso vivo de la lengua común.

 

PEDRO LUIS BARCIA
Académico