El pasado jueves 19 de octubre el presidente de la comunidad autónoma de La Rioja (España), José Ignacio Ceniceros González, visitó la Academia Argentina de Letras, en el marco de un viaje institucional a Chile y la Argentina para favorecer la internacionalización y la proyección exterior de La Rioja.
En mi carácter de presidente de la AAL, en ejercicio de la secretaría académica del VIII Congreso Internacional de la Lengua Española, deseo expresar inicialmente mi agradecimiento a las autoridades nacionales presentes, y en particular al Ministro de Cultura de la Nación y al Director del Museo Nacional de Arte Decorativo, por habernos facilitado una vez más este espacio suntuoso, anejo a nuestra sede, para la presentación del VIII CILE.
El miércoles 13 fue presentada en la Casa de América la edición conmemorativa de Borges esencial, confiada a la Academia Argentina de Letras, cuya coordinación, selección de textos y de trabajos críticos, línea biobliográfica del autor, anotación y bibliografía estuvieron a cargo de José Luis Moure.
La nueva publicación de la Academia Argentina de Letras, que estará a la venta al público a partir del día de la presentación, incluye un DVD interactivo con texto digitalizado de la edición en papel y de las primeras ediciones, lecturas complementarias y notas de documentación textual, iconográfica y sonora.
Los editores son los académicos de la AAL Norma Carricaburo y Francisco Petrecca, de número la primera y correspondiente con residencia en Córdoba el segundo.
Trazar una línea biográfica de Alberto Manguel, a quien hoy recibimos formalmente en esta Academia, aunque la procuremos escueta como la ocasión lo requiere, resulta un inevitable ejercicio de asombro.
El sillón que desde ahora desvergonzadamente ocuparé gracias a la generosidad de ustedes, lleva el nombre del primer naturalista de nuestro país, el doctor Francisco Javier Muñiz. El doctor Muñiz fue el descubridor del fósil de un gliptodonte como el que, cuenta la leyenda, fue hallado en el terreno sobre el cual se eleva la actual Biblioteca Nacional y donde hoy trabajo. Este dato paleontológico que asocio a mi propia biografía (la Biblioteca, no el gliptodonte) me fue dado por la Gran Enciclopedia Argentina de Abad Santillán, generoso diccionario que también me reveló detalles biográficos de algunos de los otros académicos que ocuparon este sillón, detalles que tienen diminutos puntos de contacto conmigo.